domingo, 27 de abril de 2014

Evangelio de San Mateo, Cap. 25, vers. 14:30

25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 
25:15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 
25:16 
Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos 
25:17
 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 
25:18
 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 
25:19
 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. 
25:20 
Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. 
25:21 
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 
25:22 
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. 
25:23
 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. 
25:24
 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; 
25:25 
por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 
25:26
 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 
25:27
 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. 
25:28
 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 
25:29
 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
25:30
 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.

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